Incontinencia Urinaria

Las perdidas de orina en los adultos suelen causar vergüenza y no es frecuente la consulta al médico por este tema y muchas veces se oculta con el uso de apósitos. Sin embargo se trata de un problema médico, que como veremos más adelante tiene tratamiento y se logran resultados satisfactorios en la mayoría de los casos.

La incontinencia urinaria es la pérdida del control de la vejiga. Los síntomas pueden variar desde una fuga de orina leve hasta la salida abundante e incontrolable de ésta. Puede ocurrirle a cualquiera, pero es más común con la edad.
La mayoría de los problemas de control de la vejiga ocurren cuando los músculos están demasiado débiles o demasiado activos. Si los músculos que mantienen la vejiga cerrada se debilitan, es posible que tenga accidentes al estornudar, reír o levantar objetos pesados. Esto se conoce como incontinencia por estrés.
Si los músculos de la vejiga están demasiado activos, es posible que sienta una fuerte urgencia por ir al baño cuando tiene poca orina en la vejiga. Esto se conoce como incontinencia de urgencia o vejiga hiperactiva. Existen otras causas de incontinencia, tales como lesiones neurológicas y en los hombres problemas con la próstata.

El tratamiento depende del tipo de problema que tenga y lo que mejor se adapte a su estilo de vida. Puede incluir ejercicios simples, medicinas, dispositivos especiales o procedimientos indicados por el médico o cirugía.

Problemas de sostén de la pelvis

(Otros nombres: Prolapso de la pelvis)
Los órganos de una mujer pueden cambiar de posición a medida que envejece. El embarazo, los partos o el exceso de peso pueden estirar y debilitar los músculos que sostienen los órganos pélvicos. Una base formada por músculos y ligamentos llamada piso pélvico sostiene el útero, el intestino delgado, el colon y la vejiga. Si los músculos del piso pélvico son débiles, los órganos pueden descender. Cuando eso ocurre, se abultan hacia dentro de la vagina. En esos casos, la paciente tiene la sensación de que algo sale por su vagina o una sensación de plenitud o dolor. También puede hacérsele difícil evitar orinarse o controlar sus movimientos intestinales.
Ciertas mujeres con goteo urinario pueden recuperar el control perdiendo peso, al disminuir la cantidad de cafeína o hacer ejercicios pélvicos especiales llamados ejercicios de Kegel. Un dispositivo mecánico de apoyo llamado pesario le es de ayuda a ciertas mujeres. Otros de los tratamientos son con medicina y cirugía.

¿Cuáles son los tratamientos comunes para los trastornos del piso pélvico?
Muchas mujeres no necesitan tratamiento para su trastorno del piso pélvico (PFD por sus siglas en inglés). Sin embargo, con frecuencia el tratamiento ayuda cuando los síntomas son molestos o restringen las actividades de la mujer. Además, las mujeres pueden tomar medidas, por sí mismas o junto con el tratamiento, para reducir o aliviar los síntomas.

Tratamiento no quirúrgico
Los tratamientos no quirúrgicos que suelen utilizarse para los PFD incluyen:

  • Entrenamiento de los músculos del piso pélvico. También llamado ejercicios de Kegel, este entrenamiento implica apretar y aflojar los músculos del piso pélvico. Si se realizan de manera correcta y rutinaria, los ejercicios de Kegel pueden mejorar los síntomas del prolapso. Sin embargo, estos ejercicios no pueden corregir el prolapso. A veces se utiliza biorretroalimentación para enseñarle a las mujeres qué grupo de músculos deben apretar.
  • Inyecciones para problemas de control de la vejiga. Se pueden inyectar «agentes formadores de masa» cerca del cuello de la vejiga y la uretra para engrosar los tejidos y cerrar la abertura de la vejiga. Con el paso del tiempo, podría ser necesario repetir las inyecciones.
  • Medicamentos. A veces se recetan medicamentos para tratar ciertos problemas de control de la vejiga o prevenir las deposiciones flojas o las evacuaciones intestinales frecuentes.
  • Pesario vaginal. Este dispositivo plástico se utiliza para tratar algunos tipos de prolapso y mejorar el control de la vejiga. Se inserta el pesario en la vagina de la mujer para ayudar a sostener los órganos pélvicos. El médico le tomará medidas para indicarle la forma y el tamaño de pesario más adecuado para ella y le indicará cómo usarlo y cuidarlo.

Tratamiento quirúrgico
En algunos casos, el mejor tratamiento es la cirugía, en especial cuando otros tratamientos han fracasado. Algunos tratamientos quirúrgicos se pueden realizar de forma ambulatoria.

  • Para el prolapso. La cirugía implica reparar el prolapso y reconstruir el apoyo del piso pélvico. Hay muchas maneras de hacer esto, dependiendo del tipo de prolapso y otros factores. A las mujeres con prolapso uterino también se les puede extirpar el útero (histerectomía). Las mujeres sometidas a cirugía para reparar el prolapso suelen someterse al mismo tiempo a una cirugía para prevenir los problemas de control de la vejiga. Algunas mujeres optan por someterse a una colpocleisis. Esta cirugía trata el prolapso mediante el angostamiento y acortamiento de la vagina. Es un procedimiento efectivo y de bajo riesgo, pero no se recomienda a mujeres que desean tener sexo vaginal.
  • Problemas de control de la vejiga. La cirugía es efectiva para tratar los problemas de retención de orina que se deban a la presión sobre la vejiga (incontinencia por esfuerzo). Los dos tipos de cirugía más comunes son:
  • Cabestrillo mediouretral. El cirujano coloca un cabestrillo o malla para sostener la vejiga en su posición normal.
  • Colposuspensión. El cirujano vuelve a colocar la vejiga en su posición correcta y la mantiene en el lugar fijándola a las paredes de la vagina y los tejidos del piso pélvico.
  • Problemas de control fecal. Podría necesitarse una cirugía para reparar los músculos dañados del esfínter anal o reparar determinados tipos de prolapso.

Ejercicios de entrenamiento de los músculos del piso pélvico (Ejercicios de Kegel)
Son una serie de ejercicios diseñados para fortalecer los músculos del piso pélvico.
Los ejercicios de entrenamiento de los músculos del piso pélvico pueden ayudar a fortalecer los músculos bajo el útero, la vejiga y el intestino (intestino grueso). Estos ejercicios pueden ayudar tanto a hombres como a mujeres que tengan problemas con escape de orina o control intestinal.
Un ejercicio de estos es como simular tener que orinar y luego contenerse. Usted se relaja y aprieta los músculos que controlan el flujo de orina. Es importante encontrar los músculos correctos que va a contraer.
La próxima vez que usted tenga que orinar, empiece a hacerlo y luego pare. Sienta cómo los músculos de la vagina, vejiga o ano se ponen tensos y suben. Son los músculos del piso pélvico. Si usted los siente apretarse o tensionarse, ha realizado el ejercicio correcto.
Es muy importante que usted mantenga los siguientes músculos relajados mientras realiza los ejercicios de entrenamiento de los músculos del piso pélvico:

  • Abdominales
  • Glúteos (el músculo más profundo del esfínter anal se debe contraer)
  • Muslo

REALIZACIÓN DE LOS EJERCICIOS DEL PISO PÉLVICO:
1. Comience por vaciar la vejiga.
2. Apriete los músculos del piso pélvico y contenga a la cuenta de 10.
3. Relaje el músculo completamente a la cuenta de 10.
4. Haga 10 repeticiones, de 3 a 5 veces al día (mañana, tarde y noche).
Usted puede hacer estos ejercicios en cualquier momento y lugar. La mayoría de las personas prefiere realizar los ejercicios acostado o sentado en una silla. Después de 4 a 6 semanas, la mayoría de las personas observa una mejoría, pero puede tomar hasta 3 meses para ver un cambio considerable.
Después de un par de semanas, usted puede igualmente ensayar haciendo una sola contracción del piso pélvico a veces cuando haya probabilidad de un escape (por ejemplo, al bajarse de una silla).
Precaución importante: algunas personas creen que pueden acelerar el progreso aumentando el número de repeticiones y la frecuencia del ejercicio. Sin embargo, hacer ejercicio en exceso puede más bien causar fatiga muscular y aumentar el escape de orina.
Si usted siente alguna molestia en el abdomen o en la espalda mientras está realizando estos ejercicios, lo más probable es que lo esté haciendo en forma incorrecta. Respire profundamente y relaje el cuerpo cuando esté haciendo estos ejercicios. Verifique que no esté apretando el estómago, los muslos, las nalgas ni los músculos del pecho.
Cuando se hacen en forma correcta, los ejercicios de entrenamiento de los músculos del piso pélvico han demostrado que son  muy efectivos para mejorar la continencia urinaria.

Fuente: Medline Plus.