Marcela, una planta medicinal autóctona

La Marcela es una planta medicinal y muy aromática autóctona de América del Sur, cuya variante denominada popularmente «Marcela hembra» se encuentra en Uruguay.

Su nombre científico es Achyrocline satureioides. Es un pequeño arbusto que no mide más de medio metro y crece en zonas arenosas o rocosas. Sus flores son de color amarillo y son utilizadas con fines medicinales, de allí que su cosecha se realice durante la floración, esto es generalmente durante la primavera y el verano. Una vez cosechada, la planta se debe dejar secar hasta que su desecación sea total. De esta forma, la Marcela quedará preparada para ser utilizada en infusiones, que es su uso más común.

Sus múltiples propiedades

Tradicionalmente la infusión de Marcela es usada para aliviar trastornos digestivos, como dolores estomacales o indigestión por sus propiedades antiinflamatorias y antisépticas es común utilizar la Marcela en forma de lavados, incluso para aliviar las molestias causadas por el herpes. En los últimos años se ha descubierto también que esta planta posee propiedades antioxidantes.

¿De dónde provienen sus beneficios? De sus aceites esenciales y otros compuestos como los flavonoides y los taninos.

Las investigaciones del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable, en Uruguay, han sido pioneras, con resultados tan fructíferos como sorprendentes.

Tal vez el descubrimiento más importante sea que el extracto de Marcela reduce hasta en un 56% los daños cerebrales provocados por accidentes cardiovasculares.

Debido a sus propiedades antioxidantes, el extracto de Marcela está siendo utilizado con fines cosméticos. Actualmente en el mercado se puede encontrar una completísima línea de productos cosméticos con extracto de Marcela tanto para el cuidado facial (cremas antienvejecimiento, para el contorno de los ojos, cremas desmaquillantes, tónicos), como para el cuidado corporal. Así como una variada línea capilar y de protectores solares.

O simplemente, el placer de una infusión.

Ahora que los múltiples beneficios de la Marcela están avalados científicamente, ¿por qué no incorporarla diariamente a nuestra dieta, en forma de infusión?

Una infusión de Marcela se prepara fácilmente, incorporando una o dos cucharaditas de sus flores secas a una taza de agua caliente. Puede tomarse dos o tres veces al día, agregársele azúcar o edulcorante, o simplemente disfrutar de su sabor natural. Su aroma incomparable estimulará los sentidos, y su sabor dulzón es muy agradable.

Quienes gustan del sabor de un buen mate con yuyos pueden incorporar sus flores a la yerba mate, incluso hay yerbas de diferentes marcas que ya vienen preparadas con los yuyos y muchas de ellas traen incorporada Marcela entre sus componentes. De esta manera, puede beneficiarse al organismo al tiempo que se disfruta del placer de una infusión.